Veneno

Puro, suave, dulce y maldito,
Conoces mi cuerpo con fervor,
Recorres mi cuerpo con rencor,
Y que si nada te he hecho,
Pero tu estas hecho para eso,
Conocer, recorer y matar,
Conocer los caminos,
Recorrer los senderos escondidos,
Y matar lentamente cada sentimiento, cada sonrisa, cada momento...

Matas inescrupulosamente,
Matas dulcemente,
Y aceptas tu culpa,
Porque eso eres,
Eres la realidad negrusca del odio,
Eres la naturaleza convertida en arma,
Eres la ponsoñoza sustancia en mi alma.

Pero al final mueres, cuando yo muero,
Al final sucumbes, en mi lecho de agonias,
No eres el mal que perdura,
Solo eres la necesidad del hombre a travez de las centurias.

I

Abre el telon, se cae el misterio, el viejo enciende un cigarro, las aves dejan de cantar, la brisa levanta el cabello de ella, y el sol intensifica el calor, se cae la ceniza del viejo, la ropa de la vecina se seca, el chiquillo se viste pues va a salir, el cielo se nubla pues se enfermo el sol, la ropa se moja con la primera llovizna, el cabello de ella se encrespa, el viejo se moja, mientras se acomoda, pues las gotas no mojan su relato, y de su silla empieza el espectaculo, el viento vuelve, pero no seca, pero no hace bien, el chiquillo no sale, y la calle se inunda, junto a la historia del viejo en sus ojos.

Y escribo

Escribo para no perpetuar el silencio,
Aunque las palabras siguen mudas en un papel.
Retumban mis oidos internos,
Mueven los cimientos del circo, que construido con años y apariencias,
reina esa fachada externa de los dias.

Escribo por todos los sonidos impronunciables,
Ya que no pueden cobrar vida,
Ilumino momentos con sus letras, con sus comas y sus ironicos silencios.

Escribo porque recupero momentos,
Recupero segundos, recuerpero dias perdidos o dias llenos de valor.

Escribo para no envejecer sin rastros,
Escribo para desacomodar mi alma, con algo mas que acciones, pues el orden sistematico enloquece mi serenidad, y mi serenidad descansa en los sentimientos que puedo plasmar, materializar, relatar mediante palabras.

Escribo para congelar el tiempo por momentos,
Escribo para detener el despiadado sonido de un grano de arena encima de otro,
ya que cada grano se lleva una parte de mi,
cada grano se lleva un suspiro de mi alma.

Hasta mas ver, Priscila

Soy gracias a lo que somos,
Y como no somos nada,
En la nada me pierdo,
Y en la nada me convierto.
Me vuelvo a los misterios del tiempo,
Me pierdo entre corrientes de viento.

Somos todas aquellas letras en estantes viejos,
Somos todas aquellas notas nunca entregadas,
Somos lo que no se enseña,
Y somos...

Somos el equilibrio necesario para desbalancear la ecuación,
Somos la ecuación sistemática que no tiene solución,
Somos más que el infinito de punta a punta,
Somos indeterminados, Somos inmiscibles.

Adoptar lo que la distancia profesa, es lo único que queda,
En todos sus sentidos, en todo su esplendor.
Morare, espiritualmente, en la lejanía de tu estancia,
Pues el cansancio ha ocupado el lugar de mi sangre,
Y ahora corre por mis venas,
Y ahora colma mi razón.

Hombre pequeño

Elevas mis pies al cielo,
Derrites mis miserias a la nada,
Al abismo de lo perdido,
Al abismo del olvido.

Tus ojos realzan la inocencia del sol,
Tus cabellos opacan las tristezas del adiós,
Tus manos tan pequeñas llenan de alegría mi rostro,
Tu esencia domina mi razón.

Y no espero ser más,
Que tú ayuda al andar,
Y no espero ser más,
Que tú cobijo al llorar,
Y no espero recibir más,
Que lo que tú quieras dar,

Porque me conformo,
Porque me satisfago,
Porque significo,
Con verme en el reflejo de tus ojos,
Con sentarme a tu lado,
Con reír contigo en mí regazo.

Lo que quieras ser,
Lo que quieras amar,
Lo que quieras decir,
Aquí he de estar,
Aquí he de yacer,
Aquí he de permanecer,
Y aquí, he de morir.

A tu lado, firme,
Por siempre,
Hasta la eternidad y de vuelta,
Hasta tu amor y pureza.

Retazos

Pedazos sobrantes de una pieza bien confeccionada,
Pedazos grandes, Pedazos cortos, pedazos…
Pedazos de sueños, recortados, mutilados,
Pedazos que algún día formaron un todo,
Pedazos que hoy en día son parte de la nada,
Pedazos que son parte de la vastedad del pensamiento,
Pedazos de las inmensidades de los adentros, de lo intangible, de lo infinito.

Junto a mi pecho el lecho de un saco viejo,
Junto a mi cabeza las historias que cada recuerdo reza,
Junto a mis brazos los trazos de magulladuras del tiempo,
Junto a mi corazón, la razón del sentimiento.

Colecciono restos, pedazos, retazos,
De los días, de ti, de mi,
Porque solo ellos cuentan, narran, relatan,
Las historias, los recuerdos, los sueños,
De todo momento,
Que se quiso llorar, reír, morar,
Gritar, amar, vociferar,
Querer, añorar y olvidar.

Evoco, recuerdo, memoro,
No para vivir en tiempos pasados,
No para perdurar en viejos momentos,
Solo para escuchar todas esas melodías,
Melodías de historias,
Y como se lee un libro,
Leer mis recuerdos, leer mis comienzos,
Y así esbozar dibujos, caminos, rumbos,
Al fin, donde deseo estar,
Donde deseo habitar, morar, residir, vivir,
Y Descansar...

Camino con un saco de recuerdos,
Con rastros de pasto en mis zapatos,
Con rastros de vidas en mi pasado.

Soledad

Amiga de amigas,
Antagonista de muchos,
En tonos de ecos,
En tonos grises,
En aquel sillón viejo,
Resides degustando el tiempo,
Resides despiadada, desalmada,
Para aquel, para ese, para muchos,
Incomprendida, Desconocida,
Siendo la desafinación de la guitarra,
El punto muerto del espejo,
Y lo marchito de los días.

Tus historias no son complejas,
No eres más que una palabra,
No eres más que un término,
Compuesto, inverso ante el misterio de los ojos,
Ante el misterio de la comprensión,
Ante la vaguedad del pensamiento.
Eres las épocas doradas de los días de residencia en la permanencia,
Eres la edad del sol,
Eres la compañía de pocos.
Eres la inspiración de muchos,
Eres las manos frías que tratan de calmar el calor,
Cuando de hipertermia sufro.

En compañía de tu mirada,
Disfruto las brisas frías de tus abrazos,
Porque no eres mas que una vieja amiga,
Porque los años no pasan en vano,
Porque has evolucionado,
Y aunque no te veía como hoy,
Siempre allí has estado.

He de mirar a la inmensidad,
He de soñar en longevidad,
He de permanecer allí,
En el atardecer del día,
En la compañía del sol,
Con mi pies en el agua,
Con una camisa blanca
Hasta que decidas soltar amarras,
Zapar a lo desconocido,
Donde eres necesitada,
Pero nunca esperada.