Soledad

Amiga de amigas,
Antagonista de muchos,
En tonos de ecos,
En tonos grises,
En aquel sillón viejo,
Resides degustando el tiempo,
Resides despiadada, desalmada,
Para aquel, para ese, para muchos,
Incomprendida, Desconocida,
Siendo la desafinación de la guitarra,
El punto muerto del espejo,
Y lo marchito de los días.

Tus historias no son complejas,
No eres más que una palabra,
No eres más que un término,
Compuesto, inverso ante el misterio de los ojos,
Ante el misterio de la comprensión,
Ante la vaguedad del pensamiento.
Eres las épocas doradas de los días de residencia en la permanencia,
Eres la edad del sol,
Eres la compañía de pocos.
Eres la inspiración de muchos,
Eres las manos frías que tratan de calmar el calor,
Cuando de hipertermia sufro.

En compañía de tu mirada,
Disfruto las brisas frías de tus abrazos,
Porque no eres mas que una vieja amiga,
Porque los años no pasan en vano,
Porque has evolucionado,
Y aunque no te veía como hoy,
Siempre allí has estado.

He de mirar a la inmensidad,
He de soñar en longevidad,
He de permanecer allí,
En el atardecer del día,
En la compañía del sol,
Con mi pies en el agua,
Con una camisa blanca
Hasta que decidas soltar amarras,
Zapar a lo desconocido,
Donde eres necesitada,
Pero nunca esperada.